jueves, 17 de marzo de 2011

El feminismo en la antropología


En el siglo XVIII y antes de la aparición de la Antropología como
disciplina académica, el economista y filósofo Adam Smith realizó un análisis de orientación antropológica en el que sostiene que el matrimonio surge con la aparición de la propiedad privada y las aportaciones de la mujer en la familia economicamente.
Para Smith, lo económico es la causa de las relaciones de poder entre los sexos. Resulta interesante observar que algunos estudios de campo recientes han demostrado, que la disposiocion de los género aumentaba en las sociedades forrajeras, cuando las mujeres contribuían con mucho más o con
mucho menos que sus compañeros y tendía a disminuir cuando la contribución a la subsistencia era la misma.
Indudablemente, la posición económica de una mujer
influye decisivamente en su situación de menor o mayor opresión, pero no se puede establecer una explicación economicista de la opresión de género, porque otros factores, ideológicos y simbólicos contribuyen a que exista.
En el siglo XIX, surgen los grandes debates sobre el matriarcado con las
teorías antropológicas evolucionistas. La Antropología se interesó en un principio por las mujeres casi exclusivamente por su importancia en los temas de parentesco, dentro de los
que se incluye la polémica sobre si existió o no un sistema de organización
social en el que las mujeres detentaran el poder.

El evolucionista Lewis Morgan estudia a los matrilineales amerindios
iroqueses, en los que creyó encontrar el prototipo de ciudad matriarcal. La organización social de estos pueblos permite a las mujeres controlar la economía cuya base es la horticultura,
pero no puede hablarse de matriarcado porque, como han demostrado
investigaciones posteriores, los representantes políticos son única y
exclusivamente varones, luego la capacidad de decidir sobre asuntos que
conciernen a toda la sociedad está vetada para las mujeres.

Sociedades matriarcales:
http://www.youtube.com/watch?v=rWQs6FbziEQ

Las mujeres no son un grupo homogéneo, pero son un grupo que, estadísticamente,
tiene menor acceso a los recursos y ocupa posiciones de menor poder y prestigio.

La grandeza de la Antropología reside en que históricamente ha dado
voz a colectivos que existían silenciosamente para el mundo académico de las
ciencias. El feminismo, como expresión política y crítica de las voces tantas veces ignoradas de las mujeres, debe exigir a esta disciplina que no olvide que cualquier análisis de una sociedad debe tener en cuenta las relaciones de género como relaciones de poder presentes en cualquier tipo de organización humana, al tiempo que la Antropología ha de mostrar cuáles son
las variaciones culturales en las que se concreta el fenómeno universal del
sistema de género-sexo o patriarcado, sus grados y sus peculiaridades.

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